En el marco del Día Internacional de la Diversidad Sexual, el próximo 28 de junio, organizaciones, empresas, sociedad civil y gobiernos en todo el mundo se unen para hacer visible un hecho que nos afecta a todos, a veces sin darnos cuenta: la violencia y discriminación que se ejerce por falta de comprensión de la sexualidad humana, y que en muchos casos niega la esperanza de vida, protección y acceso a los servicios que por derecho tenemos todos. De manera específica, es la comunidad LGBTTTI la que levanta la voz durante un mes entero, al ser de las más afectadas.
Actualmente un tercio de los países miembros de las Naciones Unidas criminalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo con legislaciones que, como en los casos de Irán, Arabia Saudí, Yemen o Sudán, llegan a aplicar incluso la pena de muerte. (Fuente: Periódico digital publico.es). Asimismo, esta práctica es ilegal en 79 países, y 41 naciones lo sancionan con cadena perpetua. (Fuente: ILGA)

En México a pesar de que la orientación sexual e identidad de género no se criminaliza ni se castiga jurídicamente, la situación sigue requiriendo campañas de senbilización, información y difusión, debido a que todavía no se ha logrado pasar del reconocimiento de la diversidad al de la igualdad; además de que los actos sociales de violencia en contra de la comunidad LGBTTTI son bastante recurrentes. 

De acuerdo con el reciente informe de la Comisión Ciudadana contra los Crímenes de Odio por Homofobia (CCCOH), México ocupa el segundo lugar a nivel mundial en crímenes de odio a la comunidad lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti e intersexual. Destacando el estado de México como la segunda entidad federativa con mayor número de asesinatos por homofobia, los cuales no están tipificados y por lo tanto no hay castigo para quien comete estos actos, debido a que son catalogados como crímenes pasionales. (Fuente: Revista digital etcetera.com)
 

Las personas que integran la comunidad LGBTTTI del estado de México viven situaciones complejas de discriminación y violencia de manera continua en sus hogares, el trabajo, la calle, comercios, hospitales y casi cualquier lugar público. Se les imponen barreras por no cumplir con lo que se espera de ellas en cuanto a su género y sexualidad y esto supone un alto índice en la falta de atención a sus necesidades y derechos; por lo que es importante hablar de ello.  

Alrededor del 10% de la población mexiquense pertenece a la comunidad LGBTTTI, según un estudio de Amnistía Internacional (AI), lo que equivale a cerca de 1.7 millones de personas que reciben actos discriminatorios. Sin embargo la cifra no es exacta porque se estima que el numero de personas que pertenecen a la comunidad es mayor, pero no lo manifiestan por temor al rechazo social. (Fuente: Revista expansion.mx)